Anastasia Koval, Office Manager de Heura Foods
Anastasia gestiona los equipos de trabajo de la fantástica empresa de good rebels que habita nuestro espacio Sagrada Familia, hace casi dos años.
“Somos una empresa que se dedica a quitar a los animales de la ecuación de la carne a través de nuestro producto, que es la carne vegetal. Trabajamos para ser no solo un motor económico, sino también un motor de cambio social. Mi rol es cuidar de los empleados y nuestras oficinas y asegurar el máximo bienestar de todo el equipo”, explica Anastasia desde la terraza de Sagrada Familia.
Con la frescura y la buena vibra que caracteriza a todo el talento de esta exitosa startup, Anastasia nos contó detalles de cómo fueron adaptando su espacio de trabajo a la nueva normalidad de oficinas híbridas y términos flexibles. ¿Qué desafíos encontraron, cuáles fueron sus aprendizajes y qué hicieron para coordinar con eficacia a su equipo de 115 personas?
Esta empresa disruptiva supo hacer frente a los cambios con agilidad y buenos reflejos. ¿El ingrediente secreto? Foco en el bienestar de las personas y en la comunicación del equipo fueron la clave para atravesar estos tiempos desafiantes con éxito.
Además del cambio social a través de la alimentación, en este último tiempo han atravesado un cambio a nivel de los equipos de trabajo, ¿no es así? 115
A raíz de la pandemia hemos aprendido muchísimo y hemos tenido que adaptarnos de una forma muy rápida, como la mayoría de las empresas. Hemos apostado a potenciar siempre la comunicación dentro del equipo. Para nosotros eso es lo más importante, porque creemos que una empresa crece y funciona cuando las personas se sienten a gusto y tienen una comunicación fluida y agradable.
Hemos creado espacios híbridos en donde las personas pueden decidir cuándo vienen a la oficina y cuándo trabajan desde casa. Hemos readaptado la oficina creando espacios de hot desk, y hemos implementado nuevas normas de asistencia, coordinando los diferentes equipos.
También hemos adaptado las reuniones al ámbito virtual para hacer todo fácil para quienes estén en un sitio u otro.
En total somos 115 personas, y la idea es que todos los departamentos tengan, algunos días a la semana, prioridad para venir. En realidad, pueden venir cuando les apetece, pero en el caso de que todos quieran venir un día en concreto, ese día habrá un equipo que tenga más prioridad que otro, hasta llegar a completar el aforo.
¿Cuánto tiempo les llevó adaptarse a ese nuevo escenario?
Atravesamos muchos cambios y muy rápido. Primero pasamos por un aislamiento total, en donde solo teníamos abiertas la oficina para nuestras compañeras de laboratorio, que sí o sí lo necesitan para venir a trabajar. Y para el resto, nos fuimos adaptando de una forma muy gradual a cada nueva situación. Realmente era un nuevo aprendizaje cada semana.
¿Cómo ves el ánimo de los equipos? ¿Quieren volver? ¿Les gusta la modalidad híbrida?
Las personas del equipo se sienten muy a gusto trabajando y pasando el tiempo juntas. Nos hemos dado cuenta de la importancia de toda la parte social de venir a la oficina.
Noto que la gente realmente desea volver a la normalidad para poder estar aquí todos juntos. De hecho, por eso tuvimos que organizar los días por prioridades, porque sino todos se peleaban por volver.
¿Esa nueva realidad híbrida afectó el negocio?
Al pertenecer a la industria alimentaria, y al estar en un momento de tanto crecimiento, no podemos decir que nos haya afectado como a otras empresas. Simplemente han sido muchos cambios y la necesidad de adaptarnos a la forma de trabajar. Por suerte, estamos tan acostumbrados a tener un entorno que cambia cada día, que la verdad ha sido un gran logro y un gran esfuerzo por parte de todos hacerlo posible.
¿El espacio de trabajo centrado en el talento los acompañó en este proceso? ¿Tuvo alguna ventaja para ustedes? Sí, porque es fácil a la hora de intentar jugar con el espacio y darle un nuevo uso. Siempre tenemos la facilidad de poder adaptarnos a las nuevas necesidades. Como nos movemos con esos ritmos tan rápidos, nos es cómodo.
¿Están aprovechando los espacios abiertos y la terraza para reuniones grandes? Seguimos en un punto donde hay que tener muchísimo cuidado con las reuniones grandes.
Además, nos encanta estar al aire libre y disfrutamos mucho de nuestra terraza, así que sí, recomendamos hacer las reuniones en el exterior y es algo además que surge de forma natural.
¿Cómo es para ti, que estás coordinando todo esto, un día en Heura?
Te despiertas en la mañana y dices: ¡ A ver, qué me voy a encontrar! (risas). Es divertido. Llegar, ver cómo está el ambiente, saludar a todos los compañeros. Y, a partir de ahí: ¡a la aventura!
¿Qué le dirías a una startup que todavía no pasó por esta etapa que están pasando ustedes, tan bien organizados, sin detener la producción y con una mirada tan positiva?
¿Cuál sería tu consejo para las startups que están más temerosas?
Lo primero que les diría es que, antes de tomar cualquier decisión, se tienen que tener en cuenta a las personas. Al final, para que aumente la productividad, hay que enfocarse en las personas que lo hacen. Cualquier cambio hay que preguntárselo al equipo, para ver si les va a hacer bien o no.
Otra cosa importante es que el trabajo híbrido puede aportar muchísimos beneficios y hay varios estudios que demuestran que a nivel de productividad es mejor, y hasta aumenta la comunicación del equipo. Siempre asegurando que se pueda venir a la oficina cuando el empleado lo desee.
¿Esta manera híbrida llegó para quedarse? ¿O se puede volver a lo que estábamos haciendo antes?
Yo creo que estaría muy bien que se quedara, porque así damos flexibilidad a las personas para que puedan crear sus horarios y compaginarlos con sus situaciones familiares. Darles libertad y tener la confianza, desde la empresa, de que van a cumplir sus objetivos. Para nosotros es muy importante que las personas se sientan responsables y libres a la hora de llevar a cabo sus tareas.
¿Qué aprendieron de este proceso?
Creo que el aprendizaje más importante fue que, al final, somos seres sociales. Es algo que quizás no habíamos tenido en cuenta, hasta ahora, lo dábamos por obvio. La pandemia, al aislarnos tanto por un tiempo tan largo, nos ha hecho ver la importancia de todo ello: cómo mejora la comunicación, como estamos más contentos, más felices, cómo realmente nos gusta disfrutar del tiempo juntos.
¿Hay algo que cambiarías o harías diferente?
No, porque creo que nos hemos ido adaptando poco a poco a las nuevas situaciones y cambios. Lo que sí podríamos hacer mejor es adaptarnos más rápido. Ahora ya hemos aprendido muchas cosas que, si ocurriera una situación similar (esperemos que no), pues ya sabríamos qué hacer. Espero que pronto podamos disfrutar muchísimo más de la oficina todos juntos.